
El sumo pontífice continua con un delicado estado de salud, y ha sufrido una crisis respiratoria asmática prolongada, por lo que requirió la aplicación de oxígeno según el boletín médico que se dio a conocer en la Sala de Prensa del Vaticano.
Los análisis de sangre que le realizaron al Papa arrojaron que padece trombocitopenia asociada a anemia, por lo que fue necesario que le realizaran transfusiones de sangre.
Francisco permaneció en su sillón, pero presentó mayores dolores que la jornada anterior.