Salud

Día Mundial de la Audición: la importancia de promover la salud auditiva en todas las etapas de la vida

La Organización Mundial de la Salud estableció que cada 3 de marzo la comunidad internacional aúne esfuerzos para generar conciencia sobre la pérdida de la audición y la sordera y cómo prevenirlas.

De acuerdo con los datos del Informe Mundial sobre la Audición, de la Organización Mundial de la Salud, la pérdida de la audición puede tener consecuencias de mucho alcance que afectan la adquisición del lenguaje y el habla, retrasos en el desarrollo cognitivo, el desarrollo académico, la obtención de un empleo, la independencia económica, el aislamiento social y la salud mental.

La licenciada Ana Laura Bañeros, fonoaudióloga y coordinadora del Programa Provincial de Detección e Intervención en Hipoacusia Infantiles, dependiente de la Dirección de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deporte, explicó: “Existen varios factores determinantes de la capacidad auditiva en las diferentes etapas de la vida, como las características genéticas, los factores biológicos, como los trastornos de salud y las enfermedades, los factores comportamentales y ambientales”. Sin embargo, la profesional destacó que “hay acciones para proteger la audición que toda persona puede aplicar y utilizar para cuidar a los demás”.

Una etapa importante para el ser humano es antes de nacer o en los primeros años de vida, durante el período de desarrollo y maduración del sistema auditivo. Una de las principales causas de sordera infantil son los factores genéticos. Las infecciones que contrajo la madre durante el embarazo pueden provocar una pérdida de audición en el feto, y son causadas por virus, bacterias y parásitos. Se recomienda a las madres tener el calendario de vacunación al día y asistir a controles durante y después del embarazo para la prevención, detección y tratamiento de enfermedades, así como recibir asesoramiento genético.

La licenciada Bañeros señaló que “la prueba de pesquisa auditiva se realiza en el hospital donde nace el niño, por lo deben estar atentos a cualquier información dada por los profesionales antes del alta”.

¿Cómo nos cuidamos?

La fonoaudióloga compartió algunas acciones y hábitos que jóvenes y adultos pueden adoptar a lo largo de su vida para el cuidado de la salud auditiva:

  • Evitar el tabaco.
  • Mantener una buena alimentación.
  • Protegerse contra traumatismos en la cabeza y en el oído. Esto requiere medidas comunes de protección, como el uso de casco al conducir vehículos de dos ruedas.
  • Sostener estilos y modos de vida saludable, como realizar deportes.
  • Evitar la exposición a sonidos intensos en entornos laborales o personales. Sobre este punto, la licenciada aclaró que “los indicios que me dicen que el sonido está demasiado alto es cuando tengo que elevar voz para que se entienda la conversación, cuando al oyente le resulta difícil comprender lo que dice una persona que está a medio metro de distancia, cuando los oyentes sienten dolor o sensación de zumbido en los oídos”. Se debe reducir al mínimo el tiempo de permanencia en estos entornos y conocer cuál es el nivel de sonido al que uno está expuesto para establecer los propios límites al ruido.
  • Cuidar la higiene del oído.
  • Evitar el uso de hisopos u otros objetos o líquidos en el oído, los remedios y terapias caseras.
  • Ante tapones de cera, dolor de oído u otras afecciones, siempre se debe recurrir a profesionales para su atención y tratamiento.

Frecuencia de los chequeos

Los estudios auditivos en los recién nacidos y lactantes se realizan antes del alta en la maternidad. En los niños en edad preescolar y escolar, lo solicita el pediatra. En adultos, en especial en personas mayores, los solicitará el profesional de la salud si sospecha de hipoacusia, por disminución de la audición propia de la edad o por manifestación clínica observada.

Consecuencias de la pérdida de la audición no tratada

La pérdida de la audición no tratada puede incidir en el desarrollo de una persona:

  • Afecta la comunicación y dificulta la socialización.
  • El lenguaje y el habla: la adquisición del habla en los niños se relaciona directamente con la capacidad auditiva. “Los niños que tienen una pérdida auditiva no tratada presentan un retraso en el desarrollo del habla y el lenguaje que se extiende a la vida adulta”.
  • La cognición: conlleva el riesgo de retraso en el desarrollo cognitivo de la población infantil.
  • La educación: la pérdida de la audición puede tener efecto duradero en los resultados académicos de las personas a lo largo de la vida.
  • El empleo: en general, las personas adultas con pérdida de la audición tienen más posibilidades de estar desempleadas o subempleadas.
  • El aislamiento social y la soledad: afecta a personas de todas las edades, en particular en las personas mayores y mujeres, y puede tener repercusiones en su salud psicosocial y cognitiva.
  • La salud mental: a lo largo de la vida, estas personas suelen tener mayores tasas de depresión y menor calidad de vida en comparación a sus pares.

La coordinadora del Programa Provincial de Detección e Intervención en Hipoacusia Infantiles recordó que muchas de las causas de la pérdida de la audición pueden evitarse o frenar su avance mediante estrategias de salud e intervenciones clínicas. Las evaluaciones auditivas y los exámenes del oído pueden realizarse en entornos clínicos y comunitarios. “Una vez que se detecta la pérdida de la audición, es fundamental atenderla lo antes posible y de forma adecuada para poder mitigar los efectos adversos”, explica.

Recursos para personas con pérdida de la audición

Existen medidas disponibles para rehabilitar a las personas con pérdida de la audición, como el uso de tecnología auditiva, que incluye audífonos, implantes cocleares e implantes de oído medio; uso de lengua de señas y otros medios de sustitución sensorial, como la escritura, la comunicación por signos y la comunicación aumentativa y alternativa.

También hay terapias para mejorar las habilidades perceptivas y desarrollar capacidades lingüísticas y de comunicación. Otro recurso es la tecnología y los servicios de apoyo auditivo, como los sistemas de frecuencia modulada, los dispositivos de alerta, los dispositivos de telecomunicación o los subtítulos en los apoyos de la lengua de señas para mejorar el acceso a la comunicación y la educación de las personas con pérdida auditiva.

Fuente: Prensa Gobierno de Mendoza.

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