La fiscalía pidió que se preserve de “manera urgente” el cadáver de Silvina Luna
Luego de 79 días de internación debido a las complicaciones de salud ocasionadas por Aníbal Lotocki, Silvina Luna perdió la vida. Frente a este desolador escenario, la Fiscalía solicitó preservar el cuerpo de manera urgente para poder realizar lo más rápido posible la autopsia.
“Tras haber tomado conocimiento del fallecimiento de Silvina Luna en el día de la fecha, esta Fiscalía General considera de vital importancia la preservación del cadáver y su custodia por parte de la Morgue Judicial, en miras a una inminente autopsia a través del Servicio de Tanatología del Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional”, dice el requerimiento.
Es por este motivo que, el Fiscal a cargo del caso, Sandro Fabio Abraldes, pidió a los camaristas que “ordenen a las autoridades del Hospital Italiano de Buenos Aires que de inmediato arbitren los medios necesarios para la adecuada conservación del cuerpo”.
Asimismo, Abraldes sostuvo que “dentro de las incumbencias del proceso penal se encuentra la de lograr una adecuada reparación a las víctimas por los daños ocasionados como consecuencia del hecho punible. En consecuencia, se torna también imperiosa la producción de la medida de prueba requerida, dada la proyección que podrían tener las conclusiones que se obtengan a partir de dicha autopsia e incluso estudios complementarios, en la salud de las otras tres personas damnificadas que existen en estas actuaciones: Gabriela Nilda Trenchi, Pamela Sosa y Stefanía Belén Xipolitaxis”.
“El resultado de muerte provocado importa una ‘situación nueva’ en la sustanciación de este proceso penal, que amerita el aseguramiento de los presupuestos de realización de dicha práctica, en procura de la máxima consolidación de la teoría del caso de la Fiscalía en el recurso de casación que actualmente se encuentra en trámite”, detalla el escrito del Fiscal. Esto quiere decir que la situación del cirujano podría cambiar.
El motivo detrás de las cirugías estéticas
Silvina Luna fue una de las tantas modelos que se atendieron con el cirujano plástico Aníbal Lotocki, a quien denunció por mala praxis. Se dio cuenta de que algo andaba mal cuando, luego de realizarse unos análisis en 2013, se enteró que tenía altos los niveles de calcio.
El mal funcionamiento de sus riñones, desencadenado por la operación de glúteos que se había realizado con Lotocki, la llevaron a tener que realizarse diálisis y, en última instancia, a necesitar de un nuevo riñón.
“Después de lo que me pasó no tengo ganas de hacerme nada, quiero aceptar mi cuerpo como es. Todos somos únicos. Y las operaciones nos terminan haciendo a todas iguales. Te convertís en una esclava de un círculo vicioso que no para más. Hay muchas cirugías que no salen como uno quiere. Hoy lo que creo es que no hay que ponerse nada extraño al cuerpo de uno. Yo lo hice porque no me creía suficiente con lo que tenía y buscaba la valía fuera de mí” dijo la modelo antes de morir.
“En el colegio me hacían bullying porque salía en una publicidad, me encerraban en el baño, me corrían hasta mi casa. Tenía amigas, pero me tuve que defender sola, era una escuela picante. A los 17 años llegué a Buenos Aires y trabajaba de cualquier cosa y a los 20 entré a Gran Hermano. Siempre seguí hacia adelante pero también siempre fui muy insegura. Cuando tomé la decisión de operarme, del otro lado me encontré con un psicópata, que me dijo que el procedimiento no tenía consecuencias adversas”, contó la ex participante de Gran Hermano a corazón abierto.
“Me gustaría decirle a la gente que no de nada por sentado. La vida, de repente, te puede dar una cachetada. Hay que cambiar la queja por el “gracias”. La única certeza que tenemos en la vida es la muerte. Es solo un paso más, no sabemos qué hay después y por ahí es maravilloso”, cerró.
Fuente: Diario 26