San Cayetano reunió una multitud de fieles
En la localidad de Orfila, bajo el lema "Ensanchemos nuestro corazón de la mano de San
Cayetano", se realizó el tradicional festejo religioso en honor al Santo del Pan y del Trabajo,
donde una multitud de feligreses visitó el santuario para participar de una jornada de
ofrendas y agradecimientos, además de la misa central y la tradicional procesión de
antorchas.
Estuvieron presentes Mario Abed, vicegobernador de Mendoza; Héctor Ruiz, intendente
de Junín; Ricardo Morcos, presidente del Honorable Concejo Deliberante; Mario Ana,
senador provincial; Sandra Astudillo, diputada provincial; Johanna Vucevic, reina
departamental de la Vendimia; autoridades del ejecutivo departamental, ediles, eclesiásticas
y de la policía de Mendoza y vecinos.
El operativo de seguridad estuvo a cargo de la Policía de Mendoza y contó con la
participación de inspectores del Municipio, quienes controlaron los diversos puestos de
comidas y la venta de artículos religiosos.
Los festejos dieron inicio con la Novena (entre el 29 de julio y el 6 de agosto) con misas
diarias, donde destacó una dedicada a enfermos y ancianos.
La misa central estuvo presidida por el Vicario General Mauricio Haddad y el párroco
Matías Brain, acompañados de sacerdotes y seminaristas. Posteriormente se llevó a cabo la
procesión de antorchas por los viñedos de la zona, dando un marco especial a las
actividades en honor a San Cayetano.
La Banda de la policía de Mendoza cerró la jornada con un espectáculo musical que
despertó los elogios de todos los presentes.
Un recorrido en el tiempo
La historia de San Cayetano se remonta a Vicenza, Italia, donde nació en 1480. A los 25
años, desempeñó un papel clave como protonotario apostólico en la corte del papa Julio II,
contribuyendo a la reconciliación de la Santa Sede con la República de Venecia. Fundador
de la orden de los Teatinos o Clérigos Regulares en 1524, San Cayetano tuvo la misión
de combatir la Reforma Protestante y servir a los más necesitados.
La canonización de San Cayetano, que tuvo lugar el 12 de abril de 1671 por el papa
Clemente X, consolidó su posición como patrón de los gestores administrativos, así como
de aquellos que buscan empleo. Su fiesta es celebrada con gran fervor por la Iglesia católica
cada 7 de agosto, y su legado de caridad y solidaridad sigue inspirando a miles de personas
en tiempos de adversidad económica.